sábado, 26 de marzo de 2016

EVALUACIÓN 2016 I


Universidad Científica del SurGestión de la BiodiversidadCiclo 2016 - I


EVALUACIÓN


Evaluación
Sección
Peso
Evaluación continua (80%):


Control de lectura
-          Noticia sobre gestión de la biodiversidad (10%)
-          Al menos tres controles de lecturas asignadas (20%)


Teoría
30%
Promedio de pasos
Teoría
20%
Promedio de informes de práctica
Práctica
15%
Trabajo de investigación
Práctica
15%
Evaluación del conocimiento (20%):


Examen final de teoría
Teoría
20%
TOTAL

100%

jueves, 24 de marzo de 2016

MERCURIO en Madre de Dios

[DENUNCIA] Contaminación por mercurio en Madre de Dios alcanza niveles alarmantes
Un reportaje de Guillermo Reaño. Fotos Walter Silvera




OTROS DESTINOS:
“Mi marido antes era bueno ahora me pega cada vez que se molesta, ha cambiado mucho”. María, llamémosla así, 36 años, vecina de Nueva Primavera, kilómetro 123 de la carretera Interoceánica, ama de casa. “¿Duerme bien?, me pregunta si mi esposo duerme bien, claro, desde que toma Diazepán duerme de corrido, ni ronca, ya no le duele la cabeza”. Hercilia, 29 años, desde hace dos propietaria de un hostal en el kilómetro 108 de la promocionada vía que une la costa peruana con Puerto Maldonado, en Madre de Dios, para de allí conectarse con el estado de Acre en Brasil.

La carretera Interoceánica, para ambientalistas y defensores del verdadero desarrollo amazónico, solo ha sido un portento de la ingeniería civil y los jugosos contratos entre la empresa de Marcelo Odebrecht, condenado recientemente por la justicia brasilera a 19 años de cárcel por corrupción y los gobiernos de los presidentes-candidatos Toledo y Alan García. Hemos tomado un segmento de ella para llegar a Laberinto, una villa miseria nacida al compás de la explotación del oro hace más de cuarenta años. Una ciudad minera sobre una de las orillas del maravilloso río Madre de Dios, el mismo que recorre los bosques del Parque Nacional  Manu y recibe las aguas del río Tambopata.

Nuestro objetivo: tomar contacto con Harold Cárdenas Shimbo, el técnico sanitario nombrado por el Ministerio de Salud para llevar el control de los pacientes posiblemente contaminados por mercurio, un elemento químico que se utiliza en la explotación del oro que pareciera ser la causa de los súbitos trastornos en la salud de un gran número de pobladores del departamento más biodiverso de nuestro país.

En la posta médica de Laberinto la actividad es frenética, los berridos de un niño recién nacido se dejan oír por todas partes. Nadie parece inmutarse, se trata, finalmente, de los primeros acordes de la melodía de la vida. Harold, un muchacho de rasgos mestizos y buenos modales, ha decidido regalarnos unos minutos de su valioso tiempo para responder algunas de nuestras interrogantes. Nos presentamos y hechas las explicaciones del caso le preguntamos sobre los síntomas que padecen las decenas de pacientes que ha venido registrando en el cuaderno que lleva por encargo del Comité Consultivo de la Estrategia Sanitaria Regional de Vigilancia y Control de Riesgo por Contaminación por Metales Pesados y otras Sustancias Químicas, pomposo nombre del colectivo intersectorial que se ha hecho cargo de un evento que pareciera estar pasando caleta. Harold habla claro:

“Los pacientes que registramos llegan aquí quejándose de lo mismo: dolores de cabeza, insomnio, mal humor; mi trabajo consiste en tomarle sus datos, determinar la naturaleza de sus afecciones para incluirlos en el Sistema Integral de Salud y, en todos los casos, citarlos para una nueva evaluación. ¿Cuando regresan cómo se sienten? La mayoría igual, presentan los mismos síntomas”. ¿Dolores de cabeza, trastornos del sueño e irritabilidad solamente? “No, también vienen con las uñas de los dedos con rayas negras y notorias fallas de memoria. Presumo que están contaminados por mercurio. En su mayoría son personas que trabajan en los campamento mineros”.

¿Qué está pasando en Madre de Dios? ¿Cuál es la naturaleza del mal que se ha instalado en la vida de sus más de cien mil habitantes?



Las grietas del oro


Para nadie es un secreto que la minería del oro en Madre de Dios hace tiempo que se desbordó, proceso de formalización llevado a cabo por el ministro Pulgar Vidal incluido. Por lo menos desde el año 2010 los medios de comunicación vienen informando, con pavorosa meticulosidad, los excesos de un negocio que destruye el ambiente –más de sesenta mil hectáreas de sus bosques han sido devastados- y pone en riesgo la salud, física y síquica, de sus habitantes, gran parte de ellos migrantes llegados a la región atraídos por las ganancias de una actividad millonaria. Se calcula que treinta mil mineros trabajan en los campos de oro de Madre de Dios y algunos miles más lo hacen cubriendo los oficios que la minería necesita para funcionar: mecánicos, mototaxistas, comerciantes, ambulantes, proxenetas, rufianes, pastores de iglesias liliputienses, putas y un infinito etcétera.
“De alguna manera el problema dejó de ser la destrucción de los bosques producto de la minería ilegal, el problema ahora es la contaminación por mercurio que estamos sufriendo los habitantes de Puerto Maldonado y contornos”. Francisco Román Dañobeyta es doctor en ecología y desarrollo sustentable, desde el 2012 vive con su familia en Puerto Maldonado y en noviembre pasado se hizo merecedor al Premio Nacional del Ambiente Antonio Brack Egg por su trabajo en remediación en áreas degradadas por la minería aurífera en La Pampa, un sector colindante a la mencionada Interoceánica. Solo en Madre de Dios, lo ha mencionado en un evento científico, se deben haber liberado en los años del boom minero (2001-2013) cuatrocientas toneladas de mercurio. La cifra resulta realmaravillosa si la comparamos con las 82 toneladas que se vertieron en la bahía de Minamata, Japón, el suceso que ha sido considerado como el peor desastre ambiental por contaminación por mercurio que registra la humanidad.

Para los entendidos Minamata es el Chernobil de la contaminación mercurial. Viendo las cifras que va produciendo la minería aurífera en Madre de Dios, ¿qué lugar debería ocupar nuestro país en el ranking de las catástrofes de este tipo?

Jugando con fuego

Al liberarse en el medio ambiente el mercurio tiene la propiedad de evaporarse con facilidad para viajar con las corrientes de aire y caer nuevamente a tierra o en los cursos de agua que se encuentran a varios kilómetros de distancia. Esto es lo que viene ocurriendo en Madre de Dios, el mercurio producido durante el proceso de extracción aurífera va a parar a los ríos y cochas de la región para depositarse en sus sedimentos donde es transformado por los microorganismos en metilmercurio, un veneno letal para la salud de los seres vivos, especialmente para los humanos.


Cuando una persona ingiere alimentos contaminados con metilmercurio, peces de río por ejemplo, el estómago y los intestinos lo absorben y los transportan rápidamente hasta el torrente sanguíneo y de allí a todas partes. Las afectaciones al sistema nervioso por contaminación por metilmercurio que se han documentando incluyen retraso mental, crisis convulsivas, deficiencias visuales y auditivas, retraso del desarrollo, trastornos del lenguaje y pérdida de la memoria. Todos síntomas que los reportes del Ministerio de Salud vienen confirmando, preliminarmente, en la población de Puerto Maldonado y alrededores.

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NOTA COMPLETA, AQUÍ.

PESQUERIAS de Daniel

Sector Pesca: Una historia que pocos conocen pero que todos deberían conocer, por Daniel Abugattás Majluf


Fuente: Andina
Lo que viene ocurriendo en el sector pesca no es más que un conjunto de actos ilícitos mediante los cuales se está poniendo al Estado al servicio de los intereses de unos pocos.

Hace unas semanas se anunció, durante la 34° Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que el Perú priorizará la pesca y la acuicultura como actividades fundamentales para combatir el hambre y la desnutrición, con el objetivo de promover la inclusión social y el desarrollo rural de las zonas vulnerables. Todo este discurso resulta muy alentador y relevante, sin embargo, ¿cómo lograr un proyecto a futuro sobre la base de la actividad pesquera si el sector está a cargo del señor Viceministro de Pesquería, Juan Carlos Requejo Alemán? Este personaje ha sido severamente cuestionado por evidentes irregularidades que han venido favoreciendo a ciertas empresas en detrimento del consumo interno y de la protección de nuestra biomasa marina. 

Ahora, el problema no es atribuible a un individuo; es estructural y sistémico. Desde hace ya unos años, lo que viene ocurriendo en el sector pesca no es más que un conjunto de actos ilícitos mediante los cuales se está poniendo al Estado al servicio de los intereses de unos pocos. El “saqueo” de los recursos naturales que pertenecen a toda la sociedad peruana y la apropiación de éstos por parte de unos cuantos privilegiados (los que tienen las herramientas y recursos económicos para direccionar las políticas de Estado a favor suyo). Esto es, a todas luces, una práctica absolutamente ilegal que involucra a los principales funcionarios del Ministerio de la Producción y del IMARPE. 
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Nota completa, AQUÍ.

domingo, 13 de marzo de 2016

ABS en Colombia




DOI: http://dx.doi.org/10.15446/abc.v21n1Supl.50695

DEFINICIONES DE ACCESO A RECURSOS GENÉTICOS EN LA LEGISLACIÓN COLOMBIANA Y SUS EFECTOS EN LA INVESTIGACION CIENTIFICA

Alejandro Chaparro-Giraldo

Texto completo:

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Resumen




La aplicación de las definiciones sobre acceso a recursos genéticos (ARG) contenidas en diversas normas legislativas nacionales o comunitarias, pueden afectar la investigación científica (no-comercial y comercial). Se definen dos momentos, entre 1995 y 2013 con la implementación de la decisión 391 de 1996, resultado de la aplicación del Convenio sobre la Biodiversidad Biológica (CDB) de 1992, y a partir de 2013 con decretos que establecen excepciones al ARG y resoluciones del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible que especifican las actividades de ARG. La visión es la de un biotecnólogo, que se concentrará en los elementos técnico-científicos de las normas. En la primera fase no se plantearon excepciones, cualquier investigación que utilizará recursos genéticos y usará herramientas convencionales o moleculares, precisaba de contrato de ARG. Los científicos ignoraron la norma, que trajo como consecuencia la ilegalidad para sus actividades, pero no tuvo efectos prácticos para la mayoría, exceptuando a la Universidad Nacional de Colombia que recibió una sanción administrativa. En la segunda fase se excluye la investigación científica no comercial en cuatro áreas (ecología, biogeografía, sistemática y evolución), y se circunscriben las actividades de ARG a herramientas moleculares. Se espera que estas precisiones resuelvan la ilegalidad de una amplia gama de actividades de la investigación científica, pero se mantiene el peso de los procesos sobre la investigación científica con fines comerciales.

Abstract 

The application of the definitions on access to genetic resources (AGR) contained in national or Community legislation may affect the scientific research (non-commercial and commercial). Two moments are defined, between 1995 and 2013 with the implementation of Decision 391 of 1996, resulting from the application of the Convention on Biological Diversity (CBD) in 1992, and from 2013 to today, with the decrees derogating from the ARG and resolutions of the Ministry Environment and Sustainable Development ARG that specified activities. The vision is that of a biotechnologist, which will focus on technical and scientific elements. In the first phase no exceptions are raised, any research that uses genetic resources and use conventional or molecular tools needed ARG contract. Scientists ignored the rule, which resulted in illegal to operations, but had no practical effect for most, except the National University of Colombia received an administrative penalty. In the second phase the non-commercial scientific research in four areas (ecology, biogeography, systematics and evolution) is excluded, and activities of ARG to molecular tools are limited. These details are expected to solve the illegality of a wide range of scientific research activities, but the weight of the processes of scientific research for commercial purposes is maintained.

Palabras clave




biotecnología, biología molecular, genética.

Fuente: http://168.176.5.108/index.php/actabiol/article/view/50695

Innovación para la Investigación




ACTA BIOLÓGICA COLOMBIANA
http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/actabiol

Acta biol. Colomb., 21(1)Supl:S311-319, marzo 2016

DIVERSIDAD BIOCULTURAL:
INNOVANDO EN INVESTIGACIÓN PARA LA CONSERVACIÓN


Biocultural Diversity: Innovating in Research for Conservation Diversidade biocultural: inovação em pesquisa para conservação


Gabriel R. NEMOGÁ1.
1 Professor, Chair Department Graduate Committee, Master of Arts Indigenous Governance, University of Winnipeg. 515 Portage Avenue, Manitoba R3B 2E9, office 3RC092 (Richardson College for the Environment). Winnipeg, Canadá. ; Investigador Grupo de Investigación PLEBIO, Universidad Nacional de Colombia.
For correspondence. g.nemoga@uwinnipeg.ca
Received: 29th Mayo 2015, Returned for revision: 2nd August 2015, Accepted: 25th October 2015.

Associate Editor: Fagua Alvarez Florez.



Citation / Citar este artículo como: Nemogá GR. Diversidad biocultural: innovando en investigación para la conservación. Acta biol. Colomb. 2016;21(1)
Supl:S311-319. doi:http://dx.doi.org/10.15446/abc.v21n1sup.50920



RESUMEN
La conservación de la biodiversidad puede avanzar en forma ética y más eficaz enfocando simultáneamente la erosión biológica y cultural. Esta idea se encuentra en los postulados funcionales y éticos iniciales de la biología de la conservación. Sin embargo la investigación para la conservación ha enfatizado los inventarios, la cuantificación y la georreferenciación de la diversidad biológica con miras a su utilización. Se le asigna poca relevancia al valor intrínseco de la biodiversidad ante lo cual se hacen llamados a explorar formas apropiadas de “vivir con” la biodiversidad. Esta reflexión responde a ese llamado. Introduce el enfoque biocultural como una perspectiva más comprehensiva para reconocer e investigar las complejas interrelaciones entre procesos ecológicos y dinámicas culturales. Para la investigación se resalta de este enfoque la necesidad de reconocer los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales, al igual que las cosmovisiones que le dan sentido a las prácticas y relaciones que las comunidades establecen con el ambiente. Se explora la base de datos GrupLac del período 1991- 2010 en cuanto al registro de investigaciones sobre biodiversidad que involucran conocimiento tradicional y comunidades. Dado el limitado reconocimiento a las contribuciones de las comunidades, se reseñan las principales barreras que encuentra la adopción del enfoque biocultural en investigación. Se proponen premisas éticas orientadas a transformar actitudes y prácticas en investigación que desconocen derechos ancestrales sobre el territorio y el conocimiento, obstaculizan el reconocimiento del valor intrínseco de la biodiversidad, y como resultado impiden garantizar su conservación en un territorio biodiverso, pluriétnico y multicultural.

Palabras clave: biodiversidad, Colombia, conocimiento tradicional, ética en investigación, poblaciones indígenas.


ABSTRACT
The conservation of biodiversity may be deemed ethical and more effective by focusing simultaneously on biological and cultural erosion. This idea was in the functional and ethical principles of the initial understanding in conservation biology. However, biological conservation research has emphasized inventories, quantification and georeferencing biodiversity with utilitarian purposes. Such research gives little importance to the intrinsic value of biodiversity provoking calls to explore appropriate ways of “living with” biodiversity. This paper responds to that call. The biocultural approach offers a more comprehensive view to recognize and investigate the complex interrelationships between ecological processes and cultural dynamics. For research, this approach highlights the need to recognize the rights of indigenous peoples and local communities, as well as the community worldviews that infuse meaning to community practices and relations with the environment. This paper explores biodiversity research data involving traditional knowledge and communities during the period 1991- 2010 in the GroupLac Database. Given the limited recognition to the contributions of communities, this paper outlines the main barriers that the adoption of the biocultural approach faces. The paper proposes ethical guidelines to transform research attitudes and practices that ignore ancestral rights over the territory and traditional knowledge, hinder the recognition of the intrinsic value of biodiversity, and as a result, prevent conservation in a biodiverse, multi- ethnic and multicultural territory.



Keywords: biodiversity, Colombia, traditional knowledge, indigenous peoples, research ethics.

PDF: http://dx.doi.org/10.15446/abc.v21n1Supl.50920

Fuente: http://168.176.5.108/index.php/actabiol/article/view/50920/55189 

sábado, 12 de marzo de 2016

CONDENADO a la cárcel por deforestar

Amazonas: Lo sentencian a 5 años de cárcel por deforestar 30 hectáreas en Santuario Nacional Cordillera de Colán

Wilson Silva Requejo también deberá pagar 48 mil soles de reparación civil a favor del Estado.



El Primer Juzgado Penal Unipersonal de Bagua, en Amazonas, sentenció a cinco años de prisión efectiva y al pago de 48 mil soles de reparación civil a favor del Estado a Wilson Silva Requejo, quien fue encontrado culpable de deforestar cerca de 30 hectáreas de bosque primario del Santuario Nacional Cordillera de Colán.

El caso se remonta al año 2007, cuando los guardaparques, en un monitoreo, establecieron que Silva Requejo había deforestado dos hectáreas de bosque en el sector Chaka, al sureste del área protegida, para hacer actividades agrícolas. 

En esa ocasión, según el Sernanp, se le notificó que esas actividades estaban prohibidas porque se ejecutaban al interior de un área natural protegida. Sin embargo, Silva Requejo alegó que contaba con un certificado de posesión otorgado en el año 2000 por la comunidad campesina de Yambrasbamba, con la cual se estableció una mesa de diálogo para definir los límites del área protegida.

Posteriormente, en el 2014, se hizo otra inspección en el mismo lugar y ahora se determinó que se habían deforestado 30 hectáreas de bosques primarios. Ante este hecho, el Sernanp denunció a Silva Requejo ante el Ministerio Público y se le abrió proceso penal por el delito de depredación de bosques dentro de un área natural protegida.

Nota original, AQUÍ.

QUINUA abriendo nuevos marcos de producción


La quinua se aleja de los Andes

La demanda internacional ha multiplicado la cotización de los granos andinos, abriendo nuevos marcos de producción



Granos de quinua.


Los primeros españoles que llegaron al altiplano andino encontraron la quinua, la cañihua y la kiwicha, y lanzaron una cruzada contra ellas. Promulgaron la erradicación de los cultivos y penaron el consumo. Algunas teorías tratan de explicarlo en el uso de estos tres productos en las ceremonias religiosas de las comunidades quechuas y aymaras que poblaban la región. También se habla de medidas tendentes a mermar una dieta que aportaba vitalidad y energía a los habitantes de las tierras sometidas. Bien pudiera ser. Hoy sabemos que la quinua contiene el doble de proteínas que cualquier otro grano, aportando además altas cantidades de ácido linoleico, y que la kiwicha es el único grano en el mundo que contiene todos los aminoácidos imprescindibles para la vida. En otros lugares se la conoce como amaranto y su origen se sitúa, hace más de 4.000 años, en plena cordillera andina.
Por entonces, la quinua ni siquiera se llamaba así y mucho menos quinoa. Los aymaras le decían jupha y los quechuas kinuwa o kinua, de donde llega el nombre actual. Lo de quinoa llegó mucho más tarde convertido en un anglicismo que acabó imponiéndose en casi todo el mundo —en Lima hay incluso un restaurante con esa marca—, pero su nombre en castellano es quinua, así escrito, sin tilde y con u.
Hasta la segunda mitad del siglo XX, el consumo y la producción de quinua se concentraba en el altiplano andino, concretándose fundamentalmente en Bolivia, donde la quinua real está protegida por una denominación de origen desde 2014, y en Perú, mientras en Chile se desarrollaba el cultivo a nivel del mar en algunas comarcas de Concepción y Valdivia. Las propiedades alimenticias de la quinua impulsaron la apertura de los mercados internacionales y un paulatino aumento de la cotización del grano. La demanda fue derivando lentamente de las zonas tradicionales de consumo a los mercados europeos y norteamericanos, mientras los precios se multiplicaban a un ritmo más rápido del que podían satisfacer los productores tradicionales.
El altiplano impone condiciones muy duras. En el caso de la quinua, la altura y el estado de la tierra exigen ritmos especialmente morosos, basados en un sistema de cultivos rotatorios, imprescindible para compensar la fatiga del terreno. Primero se siembra papa —sobre todo una variedad llamada chuño negro—, un año después se planta la quinua y tras la recolección llega el turno de una cosecha de reposo, que puede ser de alfalfa o de alguna leguminácea, y se deja el terreno en barbecho durante tres o cuatro años antes de volver a empezar. La tierra impone condiciones particularmente duras, los ciclos son morosos y las producciones cortas.
La demanda internacional ha multiplicado la cotización de los granos andinos, abriendo nuevos marcos de producción. Perú respondió a las nuevas exigencias del mercado impulsando los cultivos a nivel de mar en las costas del Pacífico y en algunas zonas de la región amazónica. Las ventajas son claras: la fertilidad de la tierra y la posibilidad de implantar sistemas de riego propician cosechas anuales y multiplican las producciones. El producto obtenido también es diferente. Nunca alcanzará el sabor y las prestaciones de los cultivos tradicionales.
Apoyada en las nuevas producciones, Perú asaltó el liderazgo del mercado mundial de la quinua, superando a Bolivia y pasando a encabezar tanto la lista de los países productores como el de los exportadores.
No es un fenómeno aislado. El cultivo de la quinua ha saltado ya muy lejos de las zonas de origen, concentradas en torno a la cordillera andina —Perú, Bolivia, Argentina, Chile, Colombia y Ecuador—, para extenderse a Europa, donde crece en Francia, Gran Bretaña, Italia, Suecia, Dinamarca y Holanda. Ninguno de ellos alcanza el volumen de los cultivos en los Estados Unidos, cuyas plantaciones en Colorado y Nevada le reportan el tercer lugar en el ránking mundial. La quinua también crece en torno al lago Ontario, en Canadá.
Mientras la producción se aleja poco a poco de las zonas tradicionales empiezan a sonar las alarmas. En el altiplano peruano se piden denominaciones de origen que protejan las producciones andinas y permitan diferenciarlas de las crecidas lejos de ellas.

Nota original, AQUÍ.

viernes, 11 de marzo de 2016

PERU: Del desierto a la Selva Tropical






Photo

Roberto Penny Cabrera examines fossilized whale remains in the Ica Desert of Coastal Peru.CreditSusana Raab for The New York Times










THIS is not how one thinks of Peru. I opened my eyes without moving on the soft desert floor. A perfect orange sun was rising over a distant ridge, its undulations mirroring the mound where I had rolled out my sleeping bag the night before. My ears hummed in the silence. All around me, in dawn-lighted tans, whites and stripes of purple and orange, wind-sculptured forms extended in the limpid desert air. I saw no people; no signs of life at all.
All of Peru’s coast is arid, but south of Lima it becomes profound. It is one of the driest places on earth, the desolation is broken here and there by verdant valleys where streams venture seaward from the distant Andes.


Almost half of all visits by foreigners to Peru include a stop at Machu Picchu, and with good reason — the ancient Inca site is spectacular. Yet the country is far more than a one-hit wonder. The geography that gave rise to numerous ancient civilizations — dry coast, a backbone of high mountains and tropical rain forest in the east — endows the country with unparalleled natural areas.
And many are accessible, easy to add to an Inca heartland trip. In February, I visited two of Peru’s extremes — the desert and the rain forest. (The third extreme — the snow-capped high Andes — I left for another visit.)
My desert guide was Roberto Penny Cabrera. A former Peruvian marine officer and a mining engineer, Mr. Cabrera cuts a dashing figure in tan fatigues with a long knife strapped to his waist. “You like my knife?” he asked when we met in the lovely, dune-rimmed oasis of Huacachina. “Wait until you see my truck.”
Before long we were roaring out into the desert in said truck — a Mad Max pickup in olive drab, crammed with provisions: two spare tires, extra diesel and lots of water (including for a shower that protrudes from the vehicle’s side). Once we were off the paved road, it was hard driving, bouncing in the heat beneath stark hills. In February, the noon sun bears down from directly overhead, erasing any possibility of relief. Most signs of life are just as much signs of death: old burial grounds, ancient mummies and the bleached bones of what Mr. Cabrera said were failed adventurers.
Indeed, the most abundant creatures in the Ica Desert died millions of years ago: the area was once a shallow coastal shelf, and eons of wind have revealed rich fossils. Shark teeth lie in gravel-strewn gullies, or sticking straight out of sand-smoothed walls. These especially are Mr. Cabrera’s driving passion, and a sort of fever grips him when he finds a good hunting ground.
Fossils are consumed by the wind as well. But in a few places — known only to those who, like Mr. Cabrera, can read the landscape — complete whale skeletons lie undisturbed on the desert floor. They rest slumped but whole, tragic marine forms where the very idea of swimming seems absurd.
Some are so well preserved they include fossilized skin and even baleen. One whale skull had been opened by the wind to reveal the opalized remains of the animal’s brain, glowing in the sun as a reminder that all we animate today is borrowed from mute stone.
The Peruvian desert is among the best fossil-hunting grounds in the world, yet it has received little protection. Most of the land is leased as mineral concessions, and the city of Ica does not have a single museum dedicated to the fossils. Unregulated fossil hunters operate with impunity.
“They are rapers!” bellowed Mr. Cabrera when we came across a fossil dig of dubious authority. “Fossils belong to the ground!” As we poked around the area, I found the stupendous remains of a long-toothed dolphin and felt some of Mr. Cabrera’s fever.
The desert rewards those willing to put up with some hardship. The second time the radiator blew, the mercurial Mr. Cabrera fell into a funk, and I found myself sitting by the campfire, seriously evaluating whether I would survive a nighttime escape attempt.
My fidelity was rewarded with an early-morning walk looking for shark teeth with Mr. Cabrera. We found them before long: white ones, yellow ones and brown ones, imbued over millions of years with the color of the sediment that held them.
It was like beachcombing the ages: there is a stingray spine, and here a lobster shell. This is a bone from a seabird, and that a sea urchin and some petrified wood. And then, in a wind-scoured gulley, Mr. Cabrera spotted an unmistakable glint: a five-inch tooth from a megalodon — the extinct whale-eating giant shark. He did a dance, kicking up soft dust that hung in the warming air and stopping only to show me his forearm speckled with goose bumps. “Perfect things like this are a message from Pachamama,” he said, referring to the ancient Andean earth goddess..
That night I slept on the desert floor next to the exposed 12-million-year-old remains of a whale, its pearly ribs by my head. I gazed up at the outrageous southern stars—the Milky Way so vivid it no longer seemed an unlikely home for such creatures.
A few days later, it was all obscured by riotous life. I was in the rain forest, at Posada Amazonas, a lodge along the Tambopata River in the Peruvian Amazon. Water, the handmaiden to life, was everywhere: in the chai-colored river, in the humid air and dripping from leaves onto muddy trails. Intricate and fantastical diversity — immense trees to tiny, perfect insects — was all around us.
The Peruvian region of Madre de Dios is undergoing an eco-tourism boom. More than 70 jungle lodges cater to visitors eager for an easy visit to the pristine Amazon. The protected areas there include Manu, a vast park that falls down the eastern slope of the Andes into primordial rain forest, and Tambopata, which together with an adjacent area in Bolivia, is larger than Connecticut and comprises the biggest chunk of protected forest in the Amazon basin.
The second order of business upon arriving at Posada Amazonas, after being issued rubber boots, is a short walk down a forest trail to the lodge’s canopy platform. The 120-foot climb brought our small group of visitors to the light, fragrant air of rain forest treetops. We looked over a sea of trees cataloging the entire range of green shapes: tufts, sprays, bursts, blazes, cascades and starbursts. It seemed an aerial coral reef as multitudinousbirds (a toucan, a blue-headed macaw, a guan) sought roosts in huge crowns, some aflame with blossoms, others bearing heavy pods of Brazil nuts.
The river bent far below, and the foothills of the Andes floated on the horizon. The sunset cut a tracery of branches in the still, spiced air, exciting a billion cicadas.
The lodge itself is spacious and comfortable. High thatch roofs shelter big, airy dining and sitting areas. Rooms, connected by elevated wooden boardwalks, provide unexpected comfort — mosquito nets, showers and flush toilets — without separating guests unduly from the rain forest; one side of each room is open directly into the unrelenting greenery.
At Posada Amazonas, each party of visitors is assigned a guide. Rodolfo Pecha, our guide, is a member of the Ese’eja indigenous group from the community of Infierno, which owns the pristine forest around the lodge. In a partnership, Rainforest Expeditions, the company that operates the lodge, is leasing the land for 20 years while training community members to take over its operation.
To Mr. Pecha, the forest din is an intelligible language. Often, he would stop us on the trail, picking out a few notes from the sibilant cacophony of chirps, barks, honks, buzzes and hoots. Then he’d answer. “That’s an antbird,” he’d say between rising whistles. “They’re really beautiful.” He’d creep off into the dense underbrush, binoculars at the ready, trailing considerably less graceful visitors through the vines.
On our second day, we awoke before dawn to the alarmingly throaty din of howler monkeys. After a quick breakfast of strong Peruvian coffee and fresh fruit, we made our way by river and squelching, muddy forest trail to an oxbow lake — a curving stretch of perfectly flat water cut off when the Tambopata meandered elsewhere.
We floated out on a silent pontoon boat, emerging into dawn light. Cascades of pink trumpet flowers dripped into the syrupy brown stillness. All around us, life was under way: dozens of birds, from waterfowl like tropical cormorants and kingfishers, a fine-feathered tiger heron and a gangly osprey, to beasts like the hoatzin. Turkey-like things as imagined by Dr. Seuss, hoatzins cruised the shrubbery along the water’s edge, eating leaves and grunting contentedly.
A riotous flock of parakeets passed overhead, heralding a trio of giant river otters that furrowed the lake in their hunt for breakfast. Easily the size of tall, skinny people, the otters are skittish and severely endangered, yet they seemed comfortably at home, gliding playfully and coming close enough for us to see their sharp teeth and button noses.
Our boat that morning had a jolly crew of nature lovers: a pair of American birders, a Hungarian couple and a Brazilian couple. They were the sort of people who don’t mind a little sun and a few mosquitoes if it means glimpsing a troupe of dusky titi monkeys. One morning on the trail, I came across the Brazilian couple gamely eating live termites at the suggestion of their guide. “Spicy,” they said, offering me one.
At the edge of the river Gyorgy Valyi, one of the Hungarians, sank up to his thighs in quicksand and surely would have been reclaimed by the preposterous Amazonian hazard had not a handful of guides rushed to the rescue. Even as he was sinking, Mr. Valyi had a grin of delighted disbelief, as though finding himself in a Tintin adventure.
Later that night, as I lay in bed, I too felt as though I were sinking into the living forest. The wafting perfumes and strange growls melded into a baroque stereoscopic vision — dreams of the hidden landscape underlying life itself.
IF YOU GO
GETTING THERE
Round-trip flights between Lima and Kennedy Airport in New York start at about $600 for travel in September. American and LAN Peru have direct service. From Lima, a bus to the city of Ica is about $20. Round-trip flights between Lima and Puerto Maldonado in the Amazon start at $210 on Lan Peru.
GETTING AROUND
The latest “Moon Handbook to Peru” (Avalon Travel, 2007;www.moon.com) is useful in planning a trip that includes classic sites like Machu Picchu as well as excursions way off the beaten track. Outfitters and tour organizers routinely cite prices in United States currency.
The desert adventurer Roberto Penny Cabrera can be reached at icadeserttrip@yahoo.es or by telephone at (51-56) 956-624-868. His Web site is www.icadeserttrip.com. Two-day trips start at $300 for one or two people.
WHERE TO STAY
Information on Posada Amazonas, the eco-lodge in Madre de Dios, is available from the United States at (877) 870-0578 or atwww.perunature.com/pages/pa_about1.htm. Three-day two-night programs start at $295 a person for double occupancy.
A version of this article appears in print on , on page TR7 of the New York edition with the headline: Out of the Desert and Into the Rain Forest. 


http://www.nytimes.com/2008/07/13/travel/13Explorer.html?_r=4